El sorpresivo alejamiento de la diputada Susana Rosales
de las filas del sector político de Emilio Rached y Marcelo Lugones provocaron
un sismo dentro de la estructura de Unen, el espacio que no logró una buena
elección en las últimas contiendas municipales de la Capital.
La aparición de Rosales en las filas del Frente Cívico
provocó que desde el propio sector salgan a criticar a la legisladora. Sin
embargo, existen numerosas razones que impulsaron el alejamiento de la
diputada. De acuerdo a lo que dejaron trascender allegados al ex intendente de
Pinto, Rached y Lugones obligaron a Rosales a contraer numerosos prestamos a
intereses usuararios con el pretexto de que se necesitaban fondos para
financiar la campaña política. Así, incentivaron a la diputada a solicitar
préstamos por 100 mil pesos en diferentes bancos, pero a la vez a pedir
préstamos a usureros de la ciudad Capital y de Pinto. Según estimaciones de
fuentes de Unen, Rached y Lugones se hicieron de 750 mil pesos en menos de una
semana, la diputada les entregó absolutamente todo el dinero que supuestamente
sería destinado a la campaña, pero sorprevisamente, en la Capital solo hubo un
movimiento económico de 50 mil pesos, al extremo de que los fiscales
contratados para las elecciones no cobraron parte de lo pactado y ni siquiera
recibieron viandas con comidas durante los comicios. Otro factor es la falta de
contratación de vehículos. Rosales conoce que en Capital, Lugones tenía que
contratar 500 autos y camiones, sin embargo, el día de los comicios grande fue
la sorpresa cuando solamente se contrataron 70 vehículos.
En forma paralela, en la ciudad de Pinto, Rached
utilizó 100.000 pesos para pagar a votantes y contratar vehículos. Circula
entre los habitantes de Pinto, unos videos donde se observa a los dirigentes de
Rached entregar “votos marcados” y condicionar al votante a que al regreso de
la votación recién pagarle los 350 pesos prometidos. Es más, los propios
votantes denunciaron que en realidad nunca llegaron a darle lo prometido. “En
el mejor de los casos les dieron pesos cuando volvieron de votar” contó una mujer
que estuvo trabajando junto a la dirigente de Rached que marcaba los votos.
Otro dato que enojó sobremanera a Rosales fue que hubo
medio millón de pesos que nunca aparecieron. Otro dirigente, que evitó dar su
nombre, confesó que “Emilio decía que no tenía plata, que necesitaba para
comer, pero todos sabemos que dejó nombrada a su hija como ñoqui en el Senado
con un sueldo de 35 mil pesos, así también tiene como ñoquis a Ale Parnás, el
chango que le maneja las páginas sociales y a la amante de Emilio, una mujer de
apellido Neme, que también cobra en el Senado y no va a trabajar, entonces
nadie le cree que ande mal, nosotros lo vemos siempre, dispone de plata,
realiza costosos viajes y todo eso es prácticamente inaguantable”. Añadió que “después
de las elecciones, nos dio la espalda y no nos atiende”.
A todo esto, la diputada Rosales fue a pedirle
explicaciones a Rached, ya que al margen de las deudas bancarias, ahora, los
usureros le piden plata constante y sonante, ya que no esperarían a las cuotas,
al hacerla firmar pagarés. Según cuentan, esos usureros son amigos productores agropecuarios
del propio Rached.
Todas
estas maniobras, impulsaron a Rosales a alejarse del sector de Rached y
Lugones.
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