miércoles, 1 de octubre de 2014

Lo que nadie contó de la ruptura Rached-Rosales

El sorpresivo alejamiento de la diputada Susana Rosales de las filas del sector político de Emilio Rached y Marcelo Lugones provocaron un sismo dentro de la estructura de Unen, el espacio que no logró una buena elección en las últimas contiendas municipales de la Capital.
La aparición de Rosales en las filas del Frente Cívico provocó que desde el propio sector salgan a criticar a la legisladora. Sin embargo, existen numerosas razones que impulsaron el alejamiento de la diputada. De acuerdo a lo que dejaron trascender allegados al ex intendente de Pinto, Rached y Lugones obligaron a Rosales a contraer numerosos prestamos a intereses usuararios con el pretexto de que se necesitaban fondos para financiar la campaña política. Así, incentivaron a la diputada a solicitar préstamos por 100 mil pesos en diferentes bancos, pero a la vez a pedir préstamos a usureros de la ciudad Capital y de Pinto. Según estimaciones de fuentes de Unen, Rached y Lugones se hicieron de 750 mil pesos en menos de una semana, la diputada les entregó absolutamente todo el dinero que supuestamente sería destinado a la campaña, pero sorprevisamente, en la Capital solo hubo un movimiento económico de 50 mil pesos, al extremo de que los fiscales contratados para las elecciones no cobraron parte de lo pactado y ni siquiera recibieron viandas con comidas durante los comicios. Otro factor es la falta de contratación de vehículos. Rosales conoce que en Capital, Lugones tenía que contratar 500 autos y camiones, sin embargo, el día de los comicios grande fue la sorpresa cuando solamente se contrataron 70 vehículos.
En forma paralela, en la ciudad de Pinto, Rached utilizó 100.000 pesos para pagar a votantes y contratar vehículos. Circula entre los habitantes de Pinto, unos videos donde se observa a los dirigentes de Rached entregar “votos marcados” y condicionar al votante a que al regreso de la votación recién pagarle los 350 pesos prometidos. Es más, los propios votantes denunciaron que en realidad nunca llegaron a darle lo prometido. “En el mejor de los casos les dieron pesos cuando volvieron de votar” contó una mujer que estuvo trabajando junto a la dirigente de Rached que marcaba los votos.
Otro dato que enojó sobremanera a Rosales fue que hubo medio millón de pesos que nunca aparecieron. Otro dirigente, que evitó dar su nombre, confesó que “Emilio decía que no tenía plata, que necesitaba para comer, pero todos sabemos que dejó nombrada a su hija como ñoqui en el Senado con un sueldo de 35 mil pesos, así también tiene como ñoquis a Ale Parnás, el chango que le maneja las páginas sociales y a la amante de Emilio, una mujer de apellido Neme, que también cobra en el Senado y no va a trabajar, entonces nadie le cree que ande mal, nosotros lo vemos siempre, dispone de plata, realiza costosos viajes y todo eso es prácticamente inaguantable”. Añadió que “después de las elecciones, nos dio la espalda y no nos atiende”.
A todo esto, la diputada Rosales fue a pedirle explicaciones a Rached, ya que al margen de las deudas bancarias, ahora, los usureros le piden plata constante y sonante, ya que no esperarían a las cuotas, al hacerla firmar pagarés. Según cuentan, esos usureros son amigos productores agropecuarios del propio Rached.
Todas estas maniobras, impulsaron a Rosales a alejarse del sector de Rached y Lugones.

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