Emilio Rached para olvidarse de donde salió. El pinteño, ahora opositor en el Senado, pretende buscar la manera de volver al ruedo político conciente de su soledad política a la que él mismo se buscó. Al igual que Zavalía, dedica su tiempo (porque evidentemente le sobra) a escribir panfletos para que sean dados a conocer por algunos mercenarios que cobran 300 pesos mensuales para publicar sus notas.
Este es el caso de la actitud de Rached, cuando habla de supuestas tensiones internas en el Frente Cívico. Recién ahora Rached sale a decir que observa lucha por espacios de poder, episodios de corrupción, burocratización o insólitos resultados de elecciones municipales… Al margen de afirmar que eso no existe, Rached busca posicionarse con vistas a un futuro político negro en su horizonte, producto de la vuelta de cara que le dio toda la ciudadanía política de Pinto y por donde transita.
Conocido es que en cada “visita” que pretende realizar el pinteño, prácticamente es corrido por la gente a la que llega a visitar. Como sucedió hace un par de semanas en Icaño, hacia donde pretendió hacer base y realizar una reunión política. Se menciona que ese día, Juan Lencina, directamente le pidió que se retire de su domicilio porque era un “traidor, falso y mentiroso”. Las tres personas que acompañaban a Rached pretendieron disuadir a Lencina de su decisión, sin embargo, el veterano dirigente prácticamente se va a las manos, porque Rached, tozudamente, insistía en hablar con el hombre.
Así fue que tuvo que retirarse con la cabeza gacha, sin decir nada y conciente de que lo realizado por Lencina, es solamente un ejemplo de lo que opina la gente común que conoce al Senador, ese mismo lugar al que llegó gracias a los votos del Frente Cívico, al que ahora pretende criticar sin sustento alguno.
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